Cuidado del cabello

Antes de hablar sobre cuidados del cabello, tenemos que comenzar por definir:

¿Qué es el cabello? El cabello es una continuación de nuestra piel queratinizada, éste está formado por una fibra de queratina y constituida por una raíz y un tallo. La raíz, ubicada en un folículo piloso y en un tallo que se proyecta hacia arriba por encima de la superficie de la epidermis.

Pero en un sentido más práctico, el cabello es el marco de nuestra cara, pudiendo ser nuestro mejor aliado o nuestro constante enemigo. Se sabe que crece en promedio un centímetro al mes, a partir de los folículos pilosos del cuero cabelludo, lugar donde se encuentra la papila que absorbe los nutrientes del torrente sanguíneo. En el momento en que un nuevo cabello surge del folículo piloso, las células mueren y se endurecen, es decir, se queratinizan. Además, así como nosotros, el cabello también cumple años. El cuero cabelludo se encarga de renovar el cabello, que tiene un periodo de vida de ¡tres a cuatro años! Al igual que todo nuestro cuerpo, es de suma importancia que el cuero cabelludo esté sano y nutrido para mejorar la vida del cabello y no hay que olvidar la limpieza de éste. 

Su higiene y cuidado deben elegirse con el objetivo de prevenir problemas como comezón, irritación, caída, exceso de graso, resequedad, etc. Cuando no tenemos el cuidado necesario, puede ocurrir un proceso que lleva a lo que conocemos como "cabello maltratado".

Cuando una persona tiene el cabello maltratado, este puede dar un aspecto sucio y lucir quebradizo. Lo cual puede llevar a que se sienta incómoda e insegura, por el contrario, una persona que dedica lo necesario para el cuidado de su cabello se beneficiará de manera positiva en su autoestima Existen diferentes tipos de cabello, cada uno de ellos, requiere diferente tipo de cuidado, es necesario poder identificar qué tipo de cabello tenemos para poder darle el tratamiento requerido y éste luzca siempre impecable. 

Cabello graso: es pesado, carece de volumen y presenta un brillo especialmente en la raíz.

El exceso de sebo(grasa) se acumula en las raíces, que en consecuencia presentan un “aspecto aceitoso”. El cabello parece sucio porque el sebo atrapa el polvo en el aire adhiriéndose con facilidad al cabello. 

Cabello seco: el cabello luce seco, quebradizo, frágil, con las puntas abiertas, difícil de desenredar. Esto se debe a un cuero cabelludo que carece de sebo, que ha sido expuesto a elementos agresivos del exterior, como el sol, viento, contaminación, decoloraciones, permanentes, etc. 

Cabello delgado: presenta un diámetro reducido, suele romperse porque es más frágil debido a su escaso grosor, se electriza con facilidad. Puede deberse a estrés, cambios hormonales, infecciones, tratamientos intensos en el cabello.

Una vez que identificamos el tipo de cabello que tenemos, no debemos olvidar que el primer paso para darle los cuidados requeridos es utilizar el shampoo adecuado, esto con la finalidad de comenzar

devolverle la vida natural y evitar la aparición de futuros problemas como: 

-Resequedad.

-Debilitamiento.

-Falta de brillo.

-Cabello rebelde, difícil de peinar.

-Cabello quebradizo.

Por: JHH Editor: AGF